Ya soy enemigo de Amadís de Gaula y de toda la infinita caterva de su linaje; ya me son odiosas todas las historias profanas de la andante caballería; ya conozco mi necedad y el peligro en que me pusieron haberlas leído; ya, por misericordia de Dios, escarmentado en cabeza propia, las abomino.
(Don Quijote)
Aunque de todo mi seso se han extinguido las ínfulas de caballero andante
aunque el aire reposa sin el peso de mi espada y los campos añoran el galope de mi rocín
y ya la forma de mi cuerpo se ha desvanecido de la hierba que me dio abrigo
sé que mi nombre anda impreso por las indias y los conquistadores lo enseñan a cada pueblo que derrotan, o acribillan
todo en mi vida es una contradicción y una sucesión infinita de desencantos
y los hechizos se han hecho ineficaces por la fuerza de la razón
A pesar de todo, admito que me gusta tu rostro desdentado
me seduce tu espalda contrahecha
y me ruborizan tu nariz chata y tus viruelas, Aldonza Lorenzo
A solas sueño con tu cintura de tonel y con tus brazos de gigante levantando un hacha
me veo junto a ti por los caminos correteando ovejas
tarareando las canciones del Caballero de la Blanca Luna.
Sueño con un niño rechoncho que crece en tu vientre,
un crío de manos anchas que me llama padre
Los tres viviremos una pequeña estancia en la mitad de esta tierra árida y sin nubes
Afuera, el niño jugará con mi adarga y tratará de montar a Rocinante saltando desde un árbol
Adentro, mi cuerpo entrará en tu cuerpo y desaparecerá entre el volumen de tus pechos
y tu carne húmeda
Como un minero iré dentro de ti, escarbaré hasta el centro de ti
haré brotar de tu cuerpo a ese otro enemigo de Amadís de Gaula
y de toda la infinita caterva de su linaje
un niño con una sonrisa que resuena por los siglos
un crío que antes de nacer ya conocerá el tormentoso camino que me trajo hasta tu lecho.
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