CUESTIÓN DE COLOR (fragmento de obra teatral)
Por: Mariluz Suárez Herrera
En este mundo traidor
nada es verdad ni es mentira
todo es según el color
del cristal con que se mira. Ramón de Campoamor
PERSONAJES: DON MIGUE, DOÑA ROSA, CARLOTA, NICOLÁS.
Se escuchan fuertes golpes a un portón.
DOÑA ROSA: Voy, ya oí, Carlota, muchacha, la puerta. Nicolás ¿dónde andas? (abriendo) Pero don Migue, que le trae tan temprano por aquí.
DON MIGUE: Ay mi Rosita, pues una emergencia.
DOÑA ROSA: No me diga, a que olvidó otra vez las llaves.
DON MIGUE: No, mi doña, peor que eso.
DOÑA ROSA: Pues la verdad, la verdad, como que estas no son horas pa que nuestro presidente municipal ande por la calle.
DON MIGUE: Que le digo que tengo una emergencia.
DOÑA ROSA: Pásele, el baño ya debe de estar limpio.
DON MIGUE: Dije emergencia, no urgencia.
DOÑA ROSA: ¿Cómo?
DON MIGUE: Mire, ni se moleste en entender sólo escúcheme: ¿Puedo traerle a una señora muy importante, pero muy, muy importante, a tomar un cafecito y a refrescarse un rato?
DOÑA ROSA: No le entiendo.
DON MIGUE: Sucede que hubo un percance en la carretera y me llamaron de la capital para dar todas las facilidades.
DOÑA ROSA: Sigo en las mismas.
DON MIGUE: Que tengo urgencia de dar apoyo.
DOÑA ROSA: ¿Apoyo?
DON MIGUE: A que mi doña… está bien, un carro con unas personas se chingó en la carretera.
DOÑA ROSA: Ay, pus por ay hubiera usté empezado. Y yo qué con eso.
DON MIGUE: Pues que vengo a pedirle que la reciba aquí en su casa mientras llega la ayuda de la capital.
DOÑA ROSA: Y ¿que usted no tiene casa?
DON MIGUE: Pues sí.
DOÑA ROSA: Y ¿no es usted el mero presidente municipal, con una oficinota y una casota?
DON MIGUE: Lo que usted no sabe es que me piden discreción, yo no puedo llevarla ni a mi casa, ni a mi despacho.
DOÑA ROSA: Y ¿aquí si hay deso?
DON MIGUE: Sí mi doña, usted es sola, su casa es la mejorcita del pueblo y tiene un personal de servicio honrado, eficiente y discreto.
DOÑA ROSA: Ah, ya entendí, aquí hay todo eso y ¿qué tengo que hacer?
DON MIGUE: Pues yo diría que preparar café, unos panecitos, agüita fresca y todo corre por cuenta de la Presidencia Municipal, usted no se preocupe.
DOÑA ROSA: No, no estoy preocupada, pero dígame a qué hora vienen y cuántos son y cuánto se van a tardar y a qué hora se van. Y ¿también me pagará la limpieza?
DON MIGUE: Toditito, pero no me ha dicho si sí o sí.
DOÑA ROSA: Pues sí, ta bueno.
DON MIGUE: Entonces voy por ella, la esperaré en la entrada del pueblo y me la traigo de inmediato. ¡Ah! Viene con tres guaruras y un fotógrafo.
DOÑA ROSA: Pos ¿qué es de a tiro tan importante?
DON MIGUE: Pues, eso me dijeron.
Doña Rosa, Carlota y Nicolás preparan todo en la cocina, los tres se acicalan.
Suena timbre.
DOÑA ROSA: Yo voy a abrir, ustedes terminen aquí, esténse listos para lo que yo pida.
Se escuchan voces hablando en inglés. Suena una campanita. Sale Carlota con elegante charola.
NICOLÁS: (Regresa Carlota) Pos ora tú, qué se te olvidó.
CARLOTA: (Dejando todo sobre la mesa) Está rebién prieta.
NICOLÁS: Trai acá. (Sale Nicolás con la charola, regresa de inmediato) Úchale, tienes razón, está reprieta.
DOÑA ROSA: (Entra enojada) Par de inútiles, pos qué se traen, si no es juego, me están poniendo en ridículo.
CARLOTA: Yo a esos no les sirvo.
NICOLÁS: Yo tampoco.
DOÑA ROSA: No les estoy preguntando.
VOZ DON MIGUE: Doña Rosita, nuestros invitados tienen sed.
DOÑA ROSA: Vamos, en seguida.
CARLOTA: ¿Vamos? Pos irá usté. Seremos muy sus gatos pero si hay que parir chayotes será en otro lado.
DOÑA ROSA: ¿Qué no se dan cuenta que es muy importante? ¿Quién nos iba a decir que íbamos a tener el gusto de que nos visitara aquí merito una mujer tan importante?
CARLOTA: Pues que con su pan se lo coma. Será una señora muy, muy pero en primeras ni español sabe y pa Nico y pa mí esa vieja nos gana en renegrura, seremos muy indios pero no tenemos por qué servir a una más prieta que nosotros. Salen